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Raymond, arquitecto de la clasificación de los Toros

Por Nathanael Pérez Neró / Diario Libre - 19 de diciembre, 2018 - Artículo Original
Abreu (C), con Alberto Rodríguez y Jesús Mejía. (Danelis Sena)
Abreu (C), con Alberto Rodríguez y Jesús Mejía. (Danelis Sena)
Raymond Abreu llegó en marzo a La Romana precedido de ser el único gerente que clasificó al Escogido en las cinco temporadas en manos de Julio Hazim (2004-2009), con un grupo formado alrededor de Ángel Peña, Israel Alcántara, Wilson Betemit, Enrique Wilson, Nerio Rodriguez y Pascual Coco. Abreu no volvió al año siguiente con los rojos, pero sí trabajó dos años en la oficina de operaciones del Licey hasta que la primavera pasada los ejecutivos de los taurinos le entregaron las riendas. Abreu comenzó una reingeniería en el corral en la que no le tembló el pulso para tocar “vacas sagradas” del clubhouse. Hizo tres cambios que dos de ellos han sido clave para que el Franciso Micheli pueda encender las luces en playoffs por primera vez desde 2016. En su primera semana de trabajo cambió a Cesar Puello al Escogido por Ruben Sosa, la siguiente envió al cerrador José Rafael “Jumbo” Díaz (nativo de La Romana) a las Estrellas junto al también relevista Román Méndez por Jordany Valdespin y el lanzador Felix Peña y pocas horas después al inicialista Ronald Guzman a los Gigantes por el antesalista Miguel Andújar y el relevista Jairo Labourt. En junio nombraron a Dean Treanor (el último dirigente que ganó un título para el club, 2011) y en septiembre tomaron de primero en el sorteo al prometedor infielder Vidal Brujan. Cuando las cosas se complicaban con Treanor (16-18) tampoco vaciló en despedirlo el 25 de noviembre y bajo las riendas de su sustituto Arturo De Freites jugaron para 9-7. Un trabajo que ha requerido el uso de 67 jugadores (37 de posición), disputar el partido más largo de la historia del circuito (perder en 19 entradas de ocho horas y siete minutos donde Valdespín con rectas a 87 millas ponchó a Juan Francisco) y remontar en la última semana. “Siempre he sido de la filosofía de que cuando uno trabaja desde el primer día y siembra bien cosecha sus frutos. Pero todavía estamos en proceso, falta un trecho importante para llegar a la meta”, dijo ayer Abreu, que gestiona el ingreso a juego de José Ramírez y del venezolano Yunel Escobar. La falta de un jardinero con la baja por lesión de Taylor Motter en plena lucha por la zona de round robin le llevó a tocar más puertas y se topó con Hunter Pence, el primer importado que luego de ganar una Serie Mundial juega en la Lidom. Y al parecer Motter transfirió el entusiasmo a Pence, quien le insiste a sus compañeros que no pierdan el “momentum”. Con dos celulares Abreu es la vista de los Atléticos de Oakland en América Latina desde el campamento del club en La Victoria, equipo al que se unió en 1995 y en su lista de firmas se incluyen Angel Berroa, Santiago Casilla y Alexi Ogando. Su arduo trabajo al frente de los Toros no lo saca de sus responsabilidades con el club californiano en una época donde se cierran muchos contratos con prospectos premium que son oficializados en julio del año siguiente.
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