| Por Ailin Santana / Diario Libre - 28 de noviembre, 2025 - Artículo Original |
En un béisbol donde se mide cada lanzamiento y cada swing, existe un terreno que no aparece en las estadísticas, pero que define partidos: la mente. Así lo explica Manny Rosado, mental coach y especialista en psicología deportiva, quien trabaja desde 2019 con jugadores dominicanos y actualmente forma parte del cuerpo técnico de los Toros del Este y de los Diablos Rojos del México, la franquicia más ganadora de la liga azteca.
Rosado aclara que su rol no es el del psicólogo clínico tradicional. *“Yo no doy terapia. Soy mental coach, con maestría en psicología deportiva. Mi trabajo es maximizar el rendimiento del jugador trabajando concentración, confianza, resiliencia y manejo emocional”*, asegura.
Su labor abarca tres pilares del equipo: jugadores, cuerpo técnico y operaciones. La alineación entre estas tres áreas es crítica para que el enfoque mental tenga impacto real. *“De nada vale trabajar con los jugadores si no estás alineado con el staff técnico, y de nada vale trabajar con el staff si operaciones no entiende la importancia del enfoque mental en la toma de decisiones”*, explica.
Según Rosado, lo que más afecta a un pelotero no es un mal swing, sino la mente. *“El béisbol es un deporte de error. Para tú ser exitoso, tienes que fallar siete veces y acertar tres. El problema es manejar el miedo al error, pasar la página rápido y no caer en el overthinking”*, señala.
Muchos jugadores pierden el enfoque del plan de juego o se obsesionan con el resultado y no con el proceso. Por eso, su trabajo consiste en ayudarlos a retomar el control mediante técnicas de respiración, visualización y ejercicios de contención emocional.
El proceso es claro: soltar, aprender del error y reajustar la ejecución.
Rosado reconoce que en los equipos profesionales siempre surgen fricciones, especialmente durante rachas negativas. *“El jugador que no está jugando se desespera, el ego sube y el cuerpo técnico pierde claridad. Ahí entro yo como mediador para alinear las dos partes”*, indica.
La clave —dice— es recordar que *“los equipos campeones también dependen de los que están en la banca”*.
El aspecto mental de la recuperación es crítico. *“Primero, hay que aceptar la lesión sin culpa. Luego trabajar autoestima, valor personal, ansiedad y miedo a ser sacado del roster”*, explica Rosado.
Muchos jugadores lesionados ni siquiera están cobrando, lo que incrementa el estrés. Por eso se les guía para mantenerse conectados con el equipo, sostener sus rutinas y reforzar el pensamiento positivo mientras vuelven al campo.
Rosado asegura que su ventaja es conocer el béisbol, hablar el idioma del pelotero y adaptarse tanto a jugadores con muchos estudios como a los que apenas terminaron el colegio. Esa cercanía —dice— genera confianza.
*“No. Los jóvenes están más abiertos, aunque a algunos no les interese. El veterano confía más en su memoria muscular y su experiencia. Pero hay que conectar con ambos. No puedo hablarle solo a uno”*, explica.
A nivel grupal se buscan estrategias que funcionen para todos; a nivel individual, el proceso es distinto según el caso.
Para Rosado, todo se resume en una frase que repite constantemente:
“La mente no gana sola, pero sin ella es imposible ganar y sostener la consistencia.”
Una afirmación que, en medio de la presión del invierno dominicano, las lesiones, las rachas y la competencia interna, cobra todavía más importancia en un país donde el trabajo mental sigue mirándose con recelo.
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