| Por Prensa Toros del Este - 07 de noviembre, 2025 |
Tony Blanco Jr., prospecto de los Piratas de Pittsburgh, continúa demostrando por qué es una de las jóvenes promesas más llamativas del béisbol profesional. Con su imponente estatura de 6 pies 6 pulgadas y 243 libras de peso, y portando el emblemático número 99, parece hecho para “darle en la nariz a la pelota” cada vez que toma su turno al bate.
Blanco Jr. fue la selección número 12 en el Draft de Novatos 2025.
Y cuando logra contacto, el sonido de su swing es inconfundible: un estruendo que muy pocos bateadores —a cualquier nivel— pueden replicar.
Durante la segunda semana de la Liga Otoñal de Arizona (AFL), Blanco —nacido en Boston, Massachusetts, pero con raíces dominicanas— conectó un jonrón de 464 pies y un doble con velocidad de salida de 120.4 mph en días consecutivos con los Salt River Rafters. Ambos batazos fueron las conexiones más largas y más fuertes del circuito en lo que va de temporada.
“Más allá de su talento en el béisbol, es una gran persona, un buen muchacho que trabaja duro. Tiene una gran capacidad de aprendizaje”, afirmó Eric Patterson, dirigente de Salt River y coach de banca en Triple-A Indianápolis con la organización de los Piratas. “Su ética de trabajo es excepcional. Llega preparado todos los días y, para ser uno de los más jóvenes en la liga, no se ve superado por el momento.”
La distancia que puede alcanzar con el bate es impresionante, pero lo que realmente lo distingue es la velocidad de salida de la bola. Ese batazo del 17 de octubre lo colocó en un grupo exclusivo de jugadores que han alcanzado o superado las 120.4 mph en velocidad de salida según Statcast desde 2015:
No es casualidad que todos estos titantes del poder hayan pasado por la Liga Otoñal. En 2025, por primera vez, los seis estadios principales del circuito cuentan con tecnología Statcast, permitiendo un análisis más profundo de las futuras estrellas.
Blanco posee tres de las 20 velocidades de salida más altas de toda la liga y un promedio de velocidad de salida de 93.1 mph, empatado en el puesto 16 del circuito.
Estos resultados reflejan su evolución desde la temporada regular con Clase-A Bradenton, donde registró las seis velocidades de salida más altas de la Liga Estatal de Florida —y 11 de las 25 mejores— a pesar de disputar solo 28 juegos.
“Es una locura, hermano”, exclamó su compañero y compatriota Esmerlyn Valdez, también prospecto de los Piratas.
“El sonido es distinto”, añadió Patterson, quien compartió camerino con leyendas como Adrian Beltre, David Ortiz y Frank Thomas durante su carrera en las Grandes Ligas.
“Cuando le doy así, no siento nada”, comentó Blanco Jr.. “No siento nada en las manos, solo sé que la conecté y ya.”
Veinte años antes de esta explosión de poder, su padre, Tony Blanco Sr., también jugó en la Liga Otoñal con los Peoria Saguaros, participó en el Juego de Futuras Estrellas 2004 y tuvo una carrera de 17 años en el béisbol profesional, principalmente en Japón.
El joven Blanco se encuentra en Arizona para recuperar turnos al bate tras una lesión en el tendón de la corva que retrasó su debut en 2025 hasta julio. A esto se sumó una tragedia personal: la muerte de su padre en abril en un accidente en República Dominicana.
En cuatro temporadas en ligas menores, acumula apenas 362 turnos al bate. Su línea ofensiva es sólida (.802 OPS), pero con solo 20 años, sigue siendo un proyecto en desarrollo. Aunque su poder impresiona, Blanco sabe que llegar a las Grandes Ligas —como hizo su padre en 2005— requerirá más que números llamativos.
“Me estoy enfocando en practicar para poder batear todo tipo de lanzamientos. Le agradezco mucho a Dios, porque el inicio del año fue difícil, pero he ido encontrando mi camino.”
“Juega sin miedo, se suelta”, comentó Patterson. “Tiene un potencial enorme de poder, pero también puede ser un muy buen bateador. No se trata solo de jonrones; tiene la capacidad de ser completo.”
Esa es precisamente la razón de existir de ligas como la AFL: los bateadores se enfrentan a lanzadores con mayor velocidad, rompientes agresivos y un enfoque más elaborado del juego. Blanco ha asumido ese reto y ha castigado la mayoría de los envíos que ha recibido.
Su jonrón de 464 pies fue ante un slider bajo y afuera, que ni siquiera era strike, pero que Blanco envió a lo más alto del jardín izquierdo-central. Un solo swing, un resultado, pero también una muestra clara de lo que podría venir para el prospecto número 30 de los Piratas.
“Él sabe lo que está haciendo. Obviamente hay cosas por pulir, pero sin duda va por el camino correcto.” — Eric Patterson.
Recibe todas nuestras novedades inmediatamente en tu correo electrónico.